sábado, 13 de junio de 2009

no va más.

Hoy no es un día especial. Para nada. El sol salió por donde mismo y el frío Santiago esta tal y como debería estar, oscuro. Hoy comí tallarines y jugué algo de fútbol. Nada del otro mundo. ¿Por qué habría de elegir este día para cerrar la puerta? Nada. Nada que yo sepa. El mundo quizás lo sepa. Hoy pongo tablas cruzadas, de esas que ponen en los sótanos para que no pasen los monstruos ni los huracanes. Así de acabado. Así de decidido. Y camino. Lejos. Sin saber de ti. No hay noticias, no hay mensajes, no hay nada. Y lo hago sin pena. Que también la dejé ahí dentro apoyada en el arrepentimiento. De él si que me costó deshacerme. Justamente él fue el que me persiguió mucho tiempo mientras yo me escondía tras infinitas matas de alcohol y me tapaba con mantas de voces suaves. Te dejo, y ya no sigo donde me dejaste, donde te dejé. Ya no más. No es un día especial. Hoy termino y me dejo de pendejadas. No crezco pero tomo una decisión. Sin pena, en un día con nada de especial. Se acerca la noche y ya no busco nada. Y aunque ya estoy sano y curado de ti, algo anda mal, pero me acostumbro. ya no espero que nada sea especial.