domingo, 20 de junio de 2010

Curado.

Hoy me miré la herida, y te cuento, ya está bien. No está infectada, cada día me molesta menos, yo diría que ya está cicatrizada. Te lo juro que en un momento pensé en que nunca iba a sanar, especialmente por la cantidad de sangre que salía como un chorro de crudo arrepentimiento. Ya esta cerrada, quiero que lo sepas. Si hasta tengo un par de heridas pequeñas que me molestan más, pero estoy contento, porque esta era LA grande, profunda y dolorosa, la que jamás pensé que sanaría. Ya no me cuesta caminar y no bebo para olvidar el malestar. Quiero que lo sepas, que lo pienses y que sigas tu vida. Quiero que te enteres por esta carta, y así aproveche también de enterarse la otra mitad de mi corazón.

No hay comentarios.: