domingo, 3 de octubre de 2010

Las bestias.

Tropezaste. No es una novedad. Pero está vez te descuidaste y el error hizo que te entregaras en bandeja a las bestias. Cometiste un error. Entraste por un segundo a la oscuridad y esos cobardes mostraron los dientes. Afilaron los cuchillos que tenían escondidos, disimulando su envidia con risas de papel. Hoy disfrutan del festín. Lo disfrutan como nunca. Te lo merecías y tienes que soportarlo. La habías sacado bien barata, lo sabes. Algunos iluminados luchan por ti. A brazo partido. Sin esperar nada a cambio. Que grandes. Espero. Escucho. ¿Siguen ahí esos malditos cobardes? Como hienas lanzándose sobre los restos. Te equivocaste, pero después de la tempestad, ya sabes lo que vienes. De algo servirá el drama. El agua finalmente se recogerá y dejará a la vista esas bestias, que volverán a retorcerse en sus propios charcos infelices.

No hay comentarios.: