sábado, 11 de diciembre de 2010

Demonios.

Todos luchamos contra algo. Al menos eso quiero pensar. Todos tenemos una piedra en el zapato que no nos deja caminar y que se convierte en la madre de todas las batallas. Más temprano que tarde esa rabia se convierte en las ganas con las que uno se levanta mañana tras mañana. Es eso que te hace morder fuerte cuando estás durmiendo. Eso que te hace tener los puños apretados cuando no haces nada. Eso que las tardes de domingo te incomoda. Quiero pensar que a todos les pasa, que es normal. Que la comodidad es algo malo y que lo más normal es que uno, no de un paso y ya esté pensando en el próximo.

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