domingo, 6 de febrero de 2011

Defensa.

Cuenta la historia que Elías Figueroa, para muchos el mejor jugador de fútbol Chileno de la historia, era famoso por dos cosas: su elegancia al salir jugando después de un furibundo ataque y también por su fiereza al marcar a los delanteros del equipo contrario, sin escatimar en violentos artilugios como el codo a la altura del rostro, la patada corta, el puñete en el bajo vientre, etc… Luego tuve la suerte de conocer al gran defensa de Colo-Colo, Lizardo Garrido. Él era un jugador leal, pero muchas veces se veía obligado a jugar sucio, claro, era parte de su oficio. Pero Lizardo no se hizo famoso por sus patadas, ni sus entradas fuertes al límite de la roja, no señor. Garrido fue famoso por su cintura, que le otorgaba la capacidad de “quebrar” al rival y salir jugando sin mayor dificultad. Finalmente llego a los dos defensas que marcaron mi vida, Don Pedro Reyes y Javier Margas. Y aquí me quiero detener, no por que ellos sean los más talentosos, para nada. Es más, creo que si hubieran sido talentosos, jamás les hubiera escrito unas líneas, no. Esta dupla de centrales, que nos llevaron a Francia 98 no eran nada del otro mundo. “3” clásicos y apodados como las "torres gemelas" (tanto por su altura como su inmovilidad) eran defensas limitados pero voluntariosos, corajudos, aguerridos, ¿qué más necesitamos?. Lentos, pero solidarios, de talento modesto, pero fieros en la marca. Un ejemplo, de todas maneras, ellos son un ejemplo. Ahí te espero hoy, amigo del ayer. Con el codo en la cara. Con el pié en ristre, a lo uruguayo. Porque no, no quiero perdonarte más. Esta película ya la vi, y no la quiero ver más. Te devuelvo todo lo que me diste, todo porque esta noche, no me importa. Ahora la despejo desde adentro, y así como lo hizo don Elías, espero a que se ilumine mi cabeza, pero no para marcar un gol de antología, si no para que me borre que algún día estuve sentado en tu mesa. No te perdono y me alejo sin si quiera intercambiar mi camiseta. No hay aplausos, no hay flashes. Ya no hay nada.

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