lunes, 9 de septiembre de 2013

Defensa.

Otra vez el agua caliente no funcionaba, así que se duchó con agua fría, como casi toda la temporada. Eran sólo las 7 de la tarde pero la oscuridad ya era total, así es el invierno, pensó él. Era el último jugador que quedaba y se vestía lento, como si quisiera alargar eternamente cada segundo, como si no quisiera salir de ahí. De pronto se escuchó un "clack" y sin compasión se apagaron las luces de todo el recinto. Guardó sus zapatos sucios, su toalla humeda, su camiseta mojada y se quedó estático, pensando. Suspiró un par de veces hasta que estalló en llanto. Levantó su cuerpo pesado, tomó aire y salió cabizbajo del húmedo y a esas alturas, maloliente camarín. Afuera lo esperaba su señora y sus 2 pequeños hijos. Les dio un beso a cada uno y ella le contó algo que pareciera que él no sabía: "perdimos".

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