lunes, 27 de octubre de 2014

Hernán Melancolía.


Hoy me visitó un tal Hernán Ramos. Venía enojado, quizás con una sonrisa burlona. Lo dejé entrar, parecía confiable. Sabía perfecto que tenía un pisco, pero no se esperaba con que no hubiera bebida. Tomó un vaso con harto hielo y se sirvió como si fuera whiskey. Me miró fijo, y me digo: “lo pasai bien, vos”. Yo no me sentía tan bien, hace meses que venía enfermo, de esa amputación sentimental de la que te contaba. Habían pasado un par de cosas malas, me había acordado de ella, y solo de las cosas buenas. Eso me tenía mal. Muy mal. Alguien me habló de ella, y justo esa noche me agregó a una de esas malditas redes sociales. Me fumé un pito solo, solo, solo y quise recordar su pelo en mi cara. Sus manos en mi cuello. Su mano entrar por la manda de mi polera, para hacerme sentir inmortal, una vez más. Sentí su olor. Lloré un poco. Sin ganas. Snetí nuevamente. Pero sólo sentí un recuerdo. Hernán Ramos me miraba atento, con una ironía tranquila. Miraba el vaso, lo escrutaba como si quisiera buscar algo dentro. Me miraba de vuelta.  Le quería contar, para desahogarme. Me interrumpió, y me dijo que así era la vida… que los recuerdos son mentirosos, como esas mujeres que se casan por no estar solas. Que la vida da revanchas, que ojalá hubiera aprendido algo. Que no me olvidará de la estrella, de esa estrella. Se despidió y se fue. Y ahí me quedé yo. Con ese vaso servido, lleno de melancolía y un par de hielos. Hernán Ramos ya no estaba ahí, solo estaba yo.

domingo, 12 de octubre de 2014

Caso clínico.

"Es como si tuviera la capacidad de sentir, amputada" me contaba mientras bebía tragos largos y firmes de su piscola. Y siguió: "Sí, El amor amputado. La capacidad de entregarme, de sentir. Las ganas de salir al parque un domingo, de ir a una exposición y luego pasar a almorzar por ahí. No está. Estuvo, recuerdo, un par de años, hace un par de años con ella po, te acordai? Y hace poco un par de años... sí, estuvo" Yo lo miraba atento, con ojos achinados, tratando de entender. Continuó: "He escuchado que algunos amputados sienten picazón y hasta dolor en las extremidades que ya no están. A mí me pasa, más dolor que picazón, pero me pasa. Y no lo entiendo, porque han sido amputaciones voluntarias de partes que no me hacían tan feliz, y mientras te lo cuento, y lo pienso,  como que logro comprender, quiero entender. Quizás con el afán de quitar eso nocivo, pasé a llevar algo importante. Como las mujeres que abortan y su sistema reproductor queda tan dañado que nunca más pueden ser madres. Quizás, sea eso". Lo miré preocupado, y para cerrar la idea, me dijo "Tengo el amor amputado, y quizás sea mejor así. No sé, ojalá que no, no sé". Pedimos un par de cortos de pisco más, y comenzamos a hablar de cosas menos importantes, como el amor.


Def: *La amputación es el corte y separación de una extremidad del cuerpo mediante traumatismo (también llamado avulsión) o cirugía. Como una medida quirúrgica, se la utiliza para controlar el dolor o un proceso causado por una enfermedad en la extremidad afectada, por ejemplo un tumor maligno o una gangrena. En ciertos casos, se la realiza en individuos como una cirugía preventiva para este tipo de problemas. En algunos países, la amputación de las manos o los pies es utilizada como una forma de castigo para los criminales.[cita requerida] En ciertas culturas o religiones, se realizan amputaciones menores o mutilaciones como parte de rituales. Actualmente sólo se practica cuando se halla en peligro la vida, así como las heridas durante una guerra que a menudo requieren la amputación o accidentes de tránsito.