Palabras que sacan sangre, historias de la vida real, basadas en hechos totalmente ficticios. Cosas que pasan en la vida, o la mayoría de las veces en ninguna parte. En fin, cosas que pasan.
domingo, 1 de noviembre de 2009
nunca más.
Así, sin respeto. Con la tele prendida y medio desconcentrado. Así voy a escribir. Y es que la incomodidad me persigue y hace que me muerda el labio más de lo que yo quisiera. Mierda. Quiero escapar de esta mierda pero no puedo. Al menos, con esto ya cumplí. Ahora me podría ir a hacer mi vida. La que quiero. Da lo mismo si es acá o en un país desconocido cercano al adriático. Que mas da, si esto no es lo que quieres para ti. Noches frías de remordimiento y arrepentimiento. Haciendo de cobarde en las noches, tomando alcohol hasta que se olvide el dolor, pero también la vergüenza. Haciendo daño y triturando con la rabia de tus mandíbulas la los corazones blancos que se te acercan de ve en cuando. Y ni siquiera lo haces bien. Porque todo es a medias. Tu vida es a media. Tus ganas son a medias. Pero no tienes ni media motivación, se acabó el hambre. Con la mediocridad instalada de copiloto en este viaje hacia la nada, parece que ya no te quedan fuerzas. No quieres pelear, no quieres jugar, no quieres querer, prefieres quedarte ahí, viendo como tus labios sangran.
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