Palabras que sacan sangre, historias de la vida real, basadas en hechos totalmente ficticios. Cosas que pasan en la vida, o la mayoría de las veces en ninguna parte. En fin, cosas que pasan.
miércoles, 26 de junio de 2013
Vida.
Amé y me amaron, muchas más veces de las que merecí. Conocí la capilla sixtina, camine por Atenas y pasé más de 20 veranos en la costa de mi país. Vi un partido en el Olímpico de Roma y salí una decena de veces llorando del nacional. Me perdí en un París lluvioso, desperté con resaca en valparaíso, y me acosté borracho en Madrid. Te besé de día, terminé contigo en la tarde y me acosté contigo más de cien noches. Cien más. Mordí la mano que me dio de comer y fui leal y agradecido. Renuncié un par de veces, jamás a vivir. Tomé hasta perder la verguenza y me avergoncé de no haber tomado lo suficiente para sacarte a bailar. Muchas veces vi el amanecer, y vi salir el sol por el mar. Me rompieron el corazón, pero como viví con la desconfianza de escudo, nunca fue en mil pedazos, por desgracia. Y así podría seguir toda la noche, contándote lo que hice, lo que no hice y cuantas veces lo hice, pero continuaré más tarde. Es que me tengo que ir a vivir, tomárme un par de piscolas intentando ganarle segundo a segundo a la vida, como dijo Sabina, like a rolling stones.
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