viernes, 28 de enero de 2011

Boca Fresca.

Esa mañana me levanté y vi que ella estaba en el baño, mirándose en el espejo. Me acerqué silencioso y la tomé sin darle la oportunidad a que pudiera hacer nada. Acerque su boca hacia la mía. Nuestros labios chocaron. El agua helada, hacía que su boca se sintiera como una fresca brisa playera. Como una de esas mañanas en las que amanece nublado, pero uno tiene la seguridad de que más tarde, el sol finalmente saldrá. Siempre y seguro.

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